domingo, 28 de marzo de 2010

Domingos en la tarde

¿les gusta cocinar?

Hace años pensaba que eso era trabajo de mujeres...por eso un amigo me llama machín a la menos uno.

Sin embargo van siendo más las veces que disfruto cocinar. En la mañana, por ejemplo, prepare nopales con hongos y queso. Ya dije que me gusta el queso, pero ni él me hace olvidar que día es.

Saben? es domingo por la tarde...ay, los domingos en la tarde son...no sé supongo que hay que ser valiente para llegar a estas horas de la tarde y pensar y repensar. Quisiera que otros compartieran lo que sienten los domingos en la tarde.

Tengo un recuerdo ingrato de los domingos de futbol, de la angustia del lunes escolar, de las tareas que deje para el último momento, de la calle semivacia con locales cerrados, la desesperanza del lunes de ceremonia.

Es extraña la nostalgia que tengo de estos días que son el humo de la vida.

Nubes

Tiene el nombre de una fecha importante: 24 de diciembre. En esa fecha ellos fueron una vez más desalojados. Y alojados también por otra tierra.

Los alimenta un pozo lleno de hojas, se bañan con un hilito de agua, que antes de ser capturado fue un arroyo más fuerte, más seguro. A lado de 24, una hacienda llena de rostros que perdieron la mirada, gente que de humano conserva sólo el cuerpo. Militares.

Recuerdo cómo llegamos. Eramos tres, llenas de polvo, cansadas, felices y solas, también rotas convalecientes, recuperándonos, traíamos debajo de la ropa, heridas, heridas de hombre. A las tres nos habían magullado el corazón, quizá por eso fuimos a dar ahí.

Uno de esos días fuimos por agua al pozo, nunca había visto como caminan, es decir, corren las nubes. Cuando volvíamos escuche un sonido que se acercaba poco a poco en los techos de teja, observe las plantas mojaditas y despeinadas y la vi venir, nosotras podíamos correr, pero no lo hicimos, el asombro que nos da pertenecer a la ciudad nos hizo detenernos y mirar, atrapar el recuerdo.

Nos dejamos alcanzar y ya mojadas nos echamos a reír.