miércoles, 29 de junio de 2011

No poder

Algunas veces de raíces frescas, otras de cansado hastío.
Al fin nacemos.
Los encontramos sin respuestas, intentando vivir, descubrimos - siempre descubrimos - que no pueden andar con nosotros atados a su espalda.
A veces podemos aligerarles el peso y otras vamos cual pareja de ciego y borracho, intentando salir de la estación del metro.

No puedo con las palabras, vuelvo a sentir la impotencia de ser niña, el deseo de mandar a todos a volar, de ser gigante y lentamente aplastarlos uno a uno.
Crecer siempre más que ellos, redescubrir la vida, sentirme lejos, o mejor lejana.

Gritar el coraje del fin de semana, cambiar los domingos, volverlos la fiesta y la sonrisa, olvidar los regaños sin sentido. No aburrir la vida.

lunes, 27 de junio de 2011

Todos los días

Los días en que una es se extrañan al instante.

Las vacaciones. Momento en que la escuela parece borrarse, importa el juego, tener primos y hermanos que quieran jugar. Creo que por eso sueño con Guerrero, la casa de mi abuela, los tíos construyendo columpios enormes; las calles ardiendo, los moscos que no se me acercaban y el río, siempre el río.

Había mil insectos en cada parte de la casa. También había burros que montábamos mis hermanas y yo para ir al potrero, donde el agua de río formaba lagunas de agua tibia, nos perseguíamos y nos tirábamos a descansar, descansar de jugar.

Mis primos declarando su amor a las vecinas, y Yelin demostrando que se puede crecer sin dejar de jugar. Julián, el "barrilito" contando interminables historias de terror, de duendes, chaneques, lloronas y del diablo.

Mi abuelita llevándonos al molino a ver sus amigas, señoras de cien años, viudas vueltas niñas, mujercillas frágiles y solas.

Las hamacas, el tamarindo, las tortillas, el río, mis padres, mi abuela y mis hermanas, yo de niña, los primos, las canciones, el calor, los huaraches, las velas, los chivos, los caballos, las piedras, las nostalgias. Por eso sueño tanto con Guerrero.

domingo, 19 de junio de 2011

La palabra

Entre papeles, letras, voces y lamentos
he formado un espacio para oírme.

La sorpresa fue escuchar en mí voz
las voces de otras.

De repente, pero al final despacio
he dicho adiós a la amiga de quejas.

Me niego a escuchar las palabras gastadas
los himnos del lamento y la miseria.

Sufrir, pero escuchar
escuchando escucharme, encontrar otra gente.

Encontrar otra Abril.

martes, 14 de junio de 2011


Cambié la derrota de los días nublados por el dejarme estar.
Abrazada.
La clase de algoritmos por el quiero esperado.
Cambié.

Por la noche pensé que una vez más había sido víctima de mis fantasías: despertaré y entonces, qué lindura de sueño, pero no más.

Pero usted se quedó. La mañana me supo a realidad y la emoción llegó.
Como los días de reyes que dejan dulces, muñecas, bicicletas.
No es verdad, ha sido todavía más lindo.

Aunque es verdad que en mí existen días nublados, me cuesta recordar la soledad.

miércoles, 8 de junio de 2011

Camino

Camino y algo crece y sin embargo, se atora en el pasado.
Es la mirada de las cosas que no pudieron ser. Su grito de presencia.
Ella abraza, cierra los ojos y extiende la mano, encuentra espejos.
Volver a elegir la vida.

Volver a ese momento que debimos correr, empujar o abrazar.
Volver a sentir el peso de nuestra vejez, con la sonrisa dibujada por el movimiento.

Lo que sí hice, lo que viví, el amor que no deje pasar. La vida que no se me escapó.
Hablo de los niños pero realmente pienso en la anciana que seré, la que me mira. Trato de interpretar sus gestos.

No sé qué es esto, se llama vida.
Pero ahora siento eso que ahoga, el impulso de romper la ropa, correr desesperadamente.
En fin, lo que escriben los dedos apacigua pero no desaparece. Se necesitan piernas para alejar la angustia, no dormir, esto consiste otra vez, en sentir la vida.