lunes, 30 de enero de 2012

Sueño I


Soñé con fotos viejas de haciendas y telares, como dice mi papá que había antes.
Había una mujer que salía en todas, era cuestión de buscarla un poco para ver su cara asomándose: atrás de un carro, en una fuente, o posando.

Luego la pregunta: ¿quién eres?
¿Eres tu padre, la maestra, la niña?; ¿qué vida estás viviendo?
La de los comunistas que le echan la culpa siempre a los otros
o la de los acomodados que defienden sus intereses.

¿Quién eres? La maestra o la alumna. La que posa o se esconde.

Ni él ni ella.

lunes, 23 de enero de 2012

Él quemó todo

Y entonces él quemó lo que había escrito; las libretas llenas de sus sueños y del mundo: su mundo. Y todas esas horas de pensamiento no sirvieron de nada. Pensé que así no se puede vivir, vivir de leer sin que nada se quede, sin que lo que lees o escribes te transforme, así no. Cómo quemar las noches?

Y recordé mis días de escritura para otro; otro que siempre encontró errores en mi letra. Otro que terminó quemando sus escritos. Que él cargue con eso, aunque de todos modos, me transmita tristeza ver el tiempo quemado de otra vida.

jueves, 12 de enero de 2012

Hombres y solamente hombres

Mucho tiempo sin escuchar a Silvio.
Me recuerdo escuchando esas canciones que para mí, en ese entonces hablaban sobre lo nuevo, pero ahora es que escucho que en realidad hablan sobre lo que siempre ha existido.

Estudié en la Facultad de Ciencias de la UNAM. Qué sentimientos encontrados de pensarme ahí. Los amigos y las matemáticas y algo más en el camino.

Hablar de estar ahí pasa por recordar a gente que como yo, venía saliendo del sueño que fue la huelga. En el letargo del desencamorramiento muchos nos apendejamos. Pretendiendo alejarnos de ese mundo que veíamos gris pensamos que la verdad y la razón siempre acompañaban nuestro pensamiento y eso era peligrosamente satisfactorio y estúpido, más estúpido y peligroso si hay algún ojete o peor, un grupo de ojetes dispuestos a aprovechar ese estado, gente que tras sus cincuenta y tantos años han conseguido desacreditar todo el valor que puede tener la palabra.

Ojetes que "engalanándose" de las palabras lucha, revolución, marxismo, pueblo, justicia, razón, trabajo, compañeros, asamblea y demás argot propio del activista (que me suena fastidioso ahora y sin embargo, antes encerraba un ideal) disfrazaban su enorme desprecio a los otros, no a los capitalistas, sino a los que no les sirven ni los alaban.

El buen joven, para ellos, es el joven dispuesto a ser usado, el desdichado joven presto a envejecer en su "proyecto". Cafetería, café, eduktodos, hidroponia y no sé si anden ahora en algo más. Han encontrado una veta en esa escuela.

Una no sabe si sentir lástima o coraje por los chavos que intentan encontrar ahí respuestas a sus sueños, a sus miserias y a sus propias contradicciones.

Creo que gana el enojo y gana porque una conoce a Genaro (que en eduktodos hacía desde escanear hasta comprar los discos, ponerles portada, y venderlos, además sabía de que trataba cada uno) y lo vio trabajando, durante tantos años y vio también cómo aquellos se sintieron dueños de todo su trabajo y contrario a lo que gente menos "consciente" que ellos hizo, ni las gracias le dieron, lo expulsaron en una de tantas purgas en donde los primeros que deberían salir son ellos, si acaso la palabra congruencia significara algo. Pero que ingenuidad! Los jóvenes dada su abundancia y su necesidad son desechables (en su miopía no alcanzan a ver que Genaro nomás hay uno).

Y he aquí la lucha de en lucha: Si no me sirves púdrete!!! A mí me preocupa el advenimiento del hombre nuevo (¿?) (ja! a correr si ese hombre se parece a ellos), lo que pasa en Cuba o el refriteado discurso de Fidel, pero tú no. Si quieres un lugar aquí, debajo de nosotros, debes ser sumiso...está bien, hay otra forma, si te pones a repetir lo que la "vanguardia" dice y a cumplir lo que ella ordena, el camino será más fácil, podrás incluso administrar nuestros bienes, aunque seas un pendejo, es más, entre más pendejo seas mejor, aquí no se necesita que pienses, nosotros estamos para eso.Nos importa pegar carteles y periodiquitos, que cada semestre nos den grupo y horario a la medida de nuestros deseos, quejarnos de las injusticias que pasan en territorios muy muy lejanos (ni se te ocurra criticar los abusos ni las pendejadas que hacemos con nuestros negocios en la facultad), administrar el dinero, y descubrir cómo hacer trabajar a los flojos de los becarios, que para colmo son todos (incluso los que están próximos a jubilarse) y nunca terminan de dar el ancho de nuestras aspiraciones.

En fin, si andan por ciencias tengan cuidado, y si no también tengan cuidado, pongan la duda por delante. La razón y la verdad no existen y en todo caso, son lo más relativo. Si alguien viene decirles que las posee, lo mejor que pueden hacer es tomar las cosas con humor, dibujar una sonrisa en el rostro y contestar con un alegre ¡no mames! se podrían ahorrar grandes disgustos.

jueves, 5 de enero de 2012

De cómo lo más conocido se desvanece

Luego de leer y releer las palabras me imagino el instante bajo el que nacen.
Una tarde feliz o un día lluvioso, pero nunca de mañana, porque al despertar el día, todo parece nuevo, uno espera que siempre vuelva a empezar la vida. Y si desperdiciamos el día de ayer, el nuevo será distinto. Sin embargo, cuando llega la noche lo único que puede salvarnos es lo que escribimos, así el día deja de escurrirse y se puede pensar en él como algo mejor, un día que no pasó así nomas, un día con referencia, una marquita que nos separa de la muerte cotidiana.

No tengo que decir que estoy triste, pero lo digo, porque no quiero contagiar a nadie o quizá viceversa, estoy jodidamente triste.

Sin embargo, entre los gritos al otro lado del teléfono puedo agradecer que alguien me escucha.

Gracias Vik.