viernes, 11 de mayo de 2012

Y de pensarte traigo las manos llenas

Mirar mi asombro al traerte aquí
ya no se necesitan los ojos cerrados
ni la palabra.

Te dibujas en la hoja de papel de los sentidos
como fantasma atrapado en la sábana blanca del deseo,
sin hablar y sin ser.

Eres la imagen muda de tu cuerpo, lo que creo que creo.
Lo que un día me inventé para seguir enamorada aunque estés muerto.
Lo que queda de ti cuando los ojos son los que te cierran.

Abril M.