martes, 29 de enero de 2013

Una idea

Ayer se me ocurrió algo. Llevo varios días torturándome, pensando todo tipo de cosas. Si soy necia o tonta, si no aprendo, si ya ni la chingo, si, si, si...así que en un momento de lucidez o cinismo, todavía no sé, me vi en el agobio, y pensaba, ¿cuál es el p...problema?  Y claro, clarito vi que el problema soy yo torturándome. Porque no hay otros que vengan y me den un golpe o me quiten algo, la gente en la calle no me insulta cuando voy caminando. Incluso las personas que me quieren, me siguen queriendo.


¿Y entonces? Bueno, pues fue como apagar un switch. Ya cállate, tú, la que anda molestando todo el día. Creo que no es tan sencillo, pero al final del día escribí algo muy simple que le enjareté a un personaje de mi novela (van a ver que esto de la simpleza será un tema recurrente):

"Era inaúdito. Estaba consiguiendo dejarse de chingar"    

jueves, 24 de enero de 2013

Luz

Sí eres una Luz, de las pocas mujeres a las que puedo querer sin ser hermanas.
Confieso que era mala para seguir los pasos que nos enseñabas, en cambio, podía seguir esa pasión tuya derrochada. Esas imágenes de lo que es llenar un salón caminando tres pasos.

Recuerdo poco a los otros maestros. Son un leve rumor.
En parte porque a veces solo ponía ahí el cuerpo, mientras estaba en cualquier otro sitio. Pero aún presa de esas ausencias, contigo no podía faltar, tú hacías que estuviera.

Sí eres una Luz. Y una maestra.

sábado, 19 de enero de 2013

No hay nadie para odiar

Quisiera poder odiar a alguien, tener a una persona, animal o cosa a la que culpar por lo que hice o lo que no hice. Pero no tengo, no sé,   esto es estar sola, no sé si he llegado al final de algo y de pronto, pese al dolor y las dudas  algo es transparente.

Y yo creo que si es un final, porque lo único que me queda luego de todo esto es la escritura. Es lo único. No tengo más, se me acabaron las palabras para comunicarme y también las quejas. Aunque es verdad que queda el dolor y el llanto.

Al final hay algo parecido a los sueños, en los que una botella de agua no puede, ni de lejos, eclipsar el alivio de saber que las cosas no están escritas. Híjole, así de chafa, como en realidad lo es casi todo, las cosas uno las escribe.  


miércoles, 16 de enero de 2013

Janis Joplin




Seguro sabías la locura que trae ser mujer
esa duda pendiente
este cuerpo que tanto cuesta habitar
ese llanto ante lo que se desborda

pero te miro y algo alcanzo a entender
te escucho y tanto alcanzo a sentir
qué ganas de cantar a lo que no se contiene
qué ganas de como tú, desbordarse a la vida

viernes, 4 de enero de 2013

Los sabores perdidos

Ella intenta mirar a través de los días, recuerda. El recuerdo no es exacto, no puede, por ejemplo, recordar a qué le supo ese pulpo en la playa, ni la cerveza luego de un mes de no beberla, tampoco sabe a qué le supo la mejor barbacoa que ha comido en su vida. A veces intenta refrescar la memoria comiendo esas cosas y la verdad es que los sabores desaparecieron, se han vuelto una idea y ahora  solo quedan palabras.

Sin embargo, algo más puede decir, esas cosas las ha comido con gente a la que ama (sin llorar, como ahora que las recuerda). Era amor hecho comida.

 No era el pulpo, era él dándole las vacaciones que ella no había vivido nunca.

No fue la cerveza, sino las ganas de estar, por fin, solos y juntos intentando cuidarse.

 Y la barbacoa, ah la barbacoa... era un momento de reencuentro con los padres, donde ella volvió a ser niña mientras sacaban la carne del hoyo en la tierra, volvía a ser su niña.

 Y esas cosas no regresan.