domingo, 28 de marzo de 2010

Nubes

Tiene el nombre de una fecha importante: 24 de diciembre. En esa fecha ellos fueron una vez más desalojados. Y alojados también por otra tierra.

Los alimenta un pozo lleno de hojas, se bañan con un hilito de agua, que antes de ser capturado fue un arroyo más fuerte, más seguro. A lado de 24, una hacienda llena de rostros que perdieron la mirada, gente que de humano conserva sólo el cuerpo. Militares.

Recuerdo cómo llegamos. Eramos tres, llenas de polvo, cansadas, felices y solas, también rotas convalecientes, recuperándonos, traíamos debajo de la ropa, heridas, heridas de hombre. A las tres nos habían magullado el corazón, quizá por eso fuimos a dar ahí.

Uno de esos días fuimos por agua al pozo, nunca había visto como caminan, es decir, corren las nubes. Cuando volvíamos escuche un sonido que se acercaba poco a poco en los techos de teja, observe las plantas mojaditas y despeinadas y la vi venir, nosotras podíamos correr, pero no lo hicimos, el asombro que nos da pertenecer a la ciudad nos hizo detenernos y mirar, atrapar el recuerdo.

Nos dejamos alcanzar y ya mojadas nos echamos a reír.

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