domingo, 25 de noviembre de 2012

La montaña

Hoy tengo los pies cansados. En la mañana no quería levantarme y entonces Sergio me puso una foto en la cabeza: aparecía caminando en el cerro que hace años no pisaba, iba con él, mis amigos y mi perro. Me gustó y decidí dejar la cama.

Horas más tarde estaría viviendo la foto. Recordando las otras veces. Ir a la montaña no siempre tenía el sabor del sacrificio bueno, ese que sólo deja los músculos adoloridos, a veces fue el dolor de lo que vemos alejarse.

Pero hoy las cosas fueron dulces como esta temporada de mandarinas, anduve encontrando y fui feliz. Con la modestia de la felicidad que se encuentra después de subir una montaña.

martes, 20 de noviembre de 2012

El pasado

No sé que tengo con el pasado. Hace años despertaba con las injusticias en los ojos y la desesperación de ver que parecía no importarle a nadie, me sentía como una loca con la verdad en las manos y quería llorar las injusticias de todos lados. Sí, como para volverse loca.

Era consolador pensar que la educación tenía que ver con esto, que en otro mundo la gente iba a dejar de ser gente y todo podría ser mejor.

La verdad es que ahora lo consolador es saber que somos esto, así más o menos maravillosos y más o menos miserables. Sin embargo, hoy me vuelvo a sentir decepcionada, sé que no hay nada que esperar, que hasta los seres que se creen mejores que el resto no dejan de ser "esa gente" movida por su falta y sus deseos. No quiero pensar en eso, por eso escribo. Qué más da.

Quizá ver la foto de la muchacha palestina capturada por los soldados de Israel me regresó a hace unos años, pero antes podía ir a la marcha creyendo que aportaba "algo". Ayer lloré en silencio al ver la foto y tuve pesadillas en la noche, esa es la porción de dolor y rabia compartidas. Ayer desee matar a los que hacen eso. Creo que lo congruente sería darme un tiro porque soy gente.

Pero el suicidio nunca me ha seducido, lo mío es vivir, aunque vivir sea también esto, ver las imágenes de niños muertos, no de un país lejano, sino de mi país. Lo mío es ver a otros comprando televisiones para idiotizarse ahora en pantalla de plasma.

Eso no debiera hacerme infeliz, total son ellos, no yo, y sin embargo, me pongo triste y suelto una lágrima por la muchacha palestina con la que soñé.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Despertar a los días

Existe la necesidad de despertar a los días sintiendo una leve razón para la sonrisa. Levantarse a perseguir aquello absurdo y sencillo que elegimos como motivo. Pensar que en la carrera hacia la muerte cada paso va respirando vida, sigo, estoy. Aunque solo sea hoy. Es inevitable la colección de pequeños instantes que es la vida, si la meta es la muerte, yo quisiera morir en un instante sin resumir en él los días que fui amada y los que amé.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Foto literaria III

Quince años que no esperan. Con los padres a cientos de kilómetros y la droga a la vuelta de la casa, su inteligencia le sirvió para algo más que sacar 10 en todas las materias. Encargada de vender la droga en la secundaria fue sorprendida por el prefecto y dada de baja. Y dada de alta inmediatamente porque ella tiene amigos interesados en que la dejen hacer su trabajo en paz. Al final en la escuela, se libraron de ella con el argumento de sus ausencias prolongadas. Qué se va resolver y qué importa la vida que se va formando la mujer de 15 años. Importa cuidar la propia vida que se iba eclipsando por meterse con la distribuidora. Es así, para sentir orgullo feministas, la mujer toma los lugares del hombre, y como a él la muerte y la gloria del poder la embriagan.

jueves, 15 de noviembre de 2012

La soledad

La cama enorme y las ganas. La Soledad es tuya que estás sin mi deseo. La Soledad son tus manos cuando buscan los ojos que nunca las volverán a ver. La Soledad soy yo cayendo a pique de las escaleras, y es ese espacio mezcla de alivio y tristeza de saber que no somos lo que pudimos, sino tan solo el eco de lo que alcanzamos a entender de los otros. Vete porque te espera tu Soledad.

La literatura

La literatura me sigue pareciendo lo único honesto, ahí uno deja de explicar por qué los árboles se vuelven azules cuando un pelícano se traga a la abuela de la abeja reina. Se han hecho intentos por explicarla y explicándola pretenden atrapar lo que no comprenden, por ejemplo, explicar la poesía, porque la muy condenada no se deja medir. Sueños de neuróticos, de objetivistas que traen a la ciencia metida en el culo. Redactores que hablan del buen escritor como si fuera cuestión de reglas y buena voluntad. Hacen bien, sigan con sus artículos áridos, coleccionando evidencias de cómo en nuestra época la gente podía sobrevivir si aprendía a fusilarse las palabras de otros, es decir, aprendía a citar y a hacer reverencia a las cabezas grandes. Sigan ahí, dejen la literatura para los locos, que nosotros sabremos hacerle el amor todas las noches.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Proceso

Efre y Yose, anduvieron espantándose una semana con las noticias sobre el narco en México. Yo anduve igual pero no fue una semana sino varios meses, cada que iba a casa de Sergio leía la revista Proceso, con sus temerarios reportajes y las fotos que hubiera sido mejor no ver. Un día decidímos parar de ver todo aquello. A nosotros nos fue más o menos fácil porque vivimos en el DF...

¡No! ¿verdad? 


 
Esas son cosas que a veces me quiero creer, sí, dejamos de ver las revistas pero la realidad ahí sigue. Luego de pensar en esto me di cuenta que muchos de mis días están marcados por las noticias de violencia, mi familia en Zacatecas nos platica lo que no sale en la tele ni en el radio, el horror que se hace cotidiano y se va "normalizando" para poder seguir la vida.

El pueblo de mi abuela materna que pobló mis vacaciones infantiles, tan lejano (y según yo escondido), y ahora, tan cerca de los narcos o imitadores de narcos que se dan valor frente a la impunidad. El Neza actual en donde hace poco la gente sintió pánico ante la incertidumbre de una violencia anunciada.

Todavía queremos creer que podemos mirar hacia otro lado. Pero tarde o temprano algo nos hace recordar que vivimos en México.