domingo, 15 de abril de 2012

Ciudad Juárez

Hace años algunas amigas y un amigo (Genarito), pintamos un poema dedicado a las muertas de Juárez afuera de la facultad. El poema lo escribí en esos días de terror en los que leímos algunos expedientes de las chavas encontradas. Lo más espeluznante era saber que aquello estaba lejos de detenerse y que existía alguna chica a punto de ser secuestrada y etc., etc.

Y así. Han pasado 10 años y la cosa no sólo no mejora, sino se ha puesto peor, no creo que haya cifras confiables del número de muertos en Ciudad Juárez, mucho menos en todo el país.

Encontré el papelito con el poema que escribí una noche, pensando, llorando, sintiendo impotencia y maldiciendo la impunidad. Acá se los comparto:

Que tus manos suaves y finas
se dediquen a crear atardeceres
que tus pasos vuelvan a ser danzas
infinitas y aéreas.

Que tu voz, dulce trueno de voluntad,
rompa la oscuridad de los temores.
Que la tierra te abrace con amor nuevamente
y los hombres también.

Que la noche no sea más un sinónimo de muerte,
que no camines solitaria el desierto
escondiendo tu cuerpo temerosa.

No es suficiente con llorar tus muertes
es necesario contemplar tu rostro
y escuchar tu risa
para buscar juntas la justicia.

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