viernes, 10 de enero de 2014

Escribo

Escribo porque estoy sola. Y el vértigo es tan grande que no atino a hacer algo más. Si me quedo quieta empieza a subir, como ejército de hormigas, la desolación y la tristeza. Por eso tengo que mover los dedos, dejar que se deslicen y hablar sin hablar a nadie, a la nada. Son gritos del pasado que revivo de tanto en tanto cuando releo la historia, las fantasías, las divagaciones, los reclamos y susurros lanzados a la mar.
 Escribo para la que aun no soy, desde la que no volveré a ser jamás.

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