domingo, 15 de agosto de 2010

Ella

La veo, ella siempre esta. Me consuela pensar que no quiere acercarse a mí. Siempre es la misma.
Traté de descansar, no me animaba a dejar la cama, todo parecía lejano como si no hubiera afuera, sin el ruido de los otros pude finalmente mirar el techo y la vi, era ella repetida: ella y ella. 
Quiero que se vaya.
Sin embargo la busco, la alucino, quisiera saber todo de ella. Cuando más me inquieta es por la noche, porque no puedo verla, ni siquiera escuchar sus ruidos, la noche es su reino, donde todo acontece, ella se encuentra en un festín que devasta y enloquece, un festín donde la muerte es terrible porque es natural y se le espera.
Comencé a matarla hasta el segundo día, antes ni siquiera di crédito a que fuera Ella. Se bien que ganara, me iré y ella permanecerá, mi deber es matarla o intentar hacerlo y el deber de ella es volver cada vez con mas sigilo. 
Pero ahora solo quiero dormir y dejar de pensar que la omnipresente, la Cucaracha, ronda mi casa.    

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