viernes, 6 de junio de 2014

La bicicleta




La bicicleta
 Yo en bicicleta. Con miedo, con terror, con pánico. ¿Dónde vivía ese miedo cuando de niña andaba en las calles? Supongo que lo podía canalizar a los exámenes.
El caso es que desde hace unos cuatro años, compré una bici era negra, delgada y creo que me quedaba un poco grande. La robaron a los pocos meses de haberla comprado, y lo peor fue que la usé unas cuatro veces, a lo mucho.
Después tuve otra que me llevó a Tepoztlán, en un viaje que me sigue pareciendo increíble, aquel en el que Isra me acompañó, como hubiera querido que un hermano me acompañara al menos una vez en la vida, a algún sitio o hacia alguna idea.  
Desde hace algunos meses llego a mi trabajo en bici, los carros dejaron de darme miedo, las subidas se han ido aplanando y mis piernas vuelven a ser fuertes y poderosas, yo que nunca he tenido algo poderoso.
No podía ni imaginar que fuera tan bueno, ni ustedes sabrán de que hablo si no la han usado. Ahora pienso en los días que faltan, llenos de bici, de cansancio, de alegría porque finalmente dejé de imaginar para vivir y porque estás dos piernas son cada día más mías.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario