viernes, 21 de diciembre de 2012

Una rana

La eterna pelea.

Y no es una rana más bien es un sapo. Así como intrigan las chavas de tacones que se creyeron eso de ser princesas, también intrigan los hombres que ven a un ser inferior cuando miran a su novia, esposa o amante.

Su frase favorita es: ¡Ay amor, cómo eres tontita!

 Aunque pensándolo bien quizá ven a su mamá en las otras mujeres. La madre que los parió quien sabe qué cosas les haría, así que por definición luchan a muerte contra las mujeres.

Son de esos que se perfuman para conquistar y una vez seguros empiezan a mostrar cuán asquerosos pueden llegar a ser.

Supongo que sus parejas perfectas sí son las chavas de tacones que para cautivar se hacen las tontas. Ahora, lo que no sé, es porque diablos me molestan tanto. Y entonces alguien puede decirme que veo en esos tipos a mi padre y yo podré contestar que no. Mi padre influyó en muchas cosas de las que pensaba o pienso y soy, pero nunca me hizo sentir una mujer idiota para que lo quisiera.

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