Ay! la academia, hervidero de envidias, pasos caóticos que no terminan de llegar, carrera al sinsentido.
Artículos-rompecabezas que se canjean por boletos de avión y a veces hospedaje. Se nos murió la escuela, nos la fuimos comiendo a pedacitos, al no poder justificar su existencia nos hacemos los locos y seguimos en ella, mamando de la madre que tiene el pecho seco y los ojos perdidos.
La academia.
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