¡No! ¿verdad?
Esas
son cosas que a veces me quiero creer, sí, dejamos de ver las revistas
pero la realidad ahí sigue. Luego de pensar en esto me di cuenta que
muchos de mis días están marcados por las noticias de violencia, mi
familia en Zacatecas nos platica lo que no sale en la tele ni en el
radio, el horror que se hace cotidiano y se va "normalizando" para poder
seguir la vida.
El pueblo de mi abuela materna que pobló mis vacaciones infantiles, tan lejano (y según yo escondido), y ahora, tan cerca de los narcos o imitadores de narcos que se dan valor frente a la impunidad. El Neza actual en donde hace poco la gente sintió pánico ante la incertidumbre de una violencia anunciada.
Todavía queremos creer que podemos mirar hacia otro lado. Pero tarde o temprano algo nos hace recordar que vivimos en México.
El pueblo de mi abuela materna que pobló mis vacaciones infantiles, tan lejano (y según yo escondido), y ahora, tan cerca de los narcos o imitadores de narcos que se dan valor frente a la impunidad. El Neza actual en donde hace poco la gente sintió pánico ante la incertidumbre de una violencia anunciada.
Todavía queremos creer que podemos mirar hacia otro lado. Pero tarde o temprano algo nos hace recordar que vivimos en México.
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