Quisiera poder odiar a alguien, tener a una persona, animal o cosa a la
que culpar por lo que hice o lo que no hice. Pero no tengo, no sé,
esto es estar sola, no sé si he llegado al final de algo y de pronto,
pese al dolor y las dudas algo es transparente.
Y yo creo que si
es un final, porque lo único que me queda luego de todo esto es la
escritura. Es lo único. No tengo más, se me acabaron las palabras para comunicarme y
también las quejas. Aunque es verdad que queda el dolor y el llanto.
Al
final hay algo parecido a los sueños, en los que una botella de agua no
puede, ni de lejos, eclipsar el alivio de saber que las cosas no están
escritas. Híjole, así de chafa, como en realidad lo es casi todo, las
cosas uno las escribe.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La culpa es del deseo, ¿no sabías?
ResponderEliminarTú lo escribiste.