martes, 29 de enero de 2013

Una idea

Ayer se me ocurrió algo. Llevo varios días torturándome, pensando todo tipo de cosas. Si soy necia o tonta, si no aprendo, si ya ni la chingo, si, si, si...así que en un momento de lucidez o cinismo, todavía no sé, me vi en el agobio, y pensaba, ¿cuál es el p...problema?  Y claro, clarito vi que el problema soy yo torturándome. Porque no hay otros que vengan y me den un golpe o me quiten algo, la gente en la calle no me insulta cuando voy caminando. Incluso las personas que me quieren, me siguen queriendo.


¿Y entonces? Bueno, pues fue como apagar un switch. Ya cállate, tú, la que anda molestando todo el día. Creo que no es tan sencillo, pero al final del día escribí algo muy simple que le enjareté a un personaje de mi novela (van a ver que esto de la simpleza será un tema recurrente):

"Era inaúdito. Estaba consiguiendo dejarse de chingar"    

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