viernes, 4 de enero de 2013

Los sabores perdidos

Ella intenta mirar a través de los días, recuerda. El recuerdo no es exacto, no puede, por ejemplo, recordar a qué le supo ese pulpo en la playa, ni la cerveza luego de un mes de no beberla, tampoco sabe a qué le supo la mejor barbacoa que ha comido en su vida. A veces intenta refrescar la memoria comiendo esas cosas y la verdad es que los sabores desaparecieron, se han vuelto una idea y ahora  solo quedan palabras.

Sin embargo, algo más puede decir, esas cosas las ha comido con gente a la que ama (sin llorar, como ahora que las recuerda). Era amor hecho comida.

 No era el pulpo, era él dándole las vacaciones que ella no había vivido nunca.

No fue la cerveza, sino las ganas de estar, por fin, solos y juntos intentando cuidarse.

 Y la barbacoa, ah la barbacoa... era un momento de reencuentro con los padres, donde ella volvió a ser niña mientras sacaban la carne del hoyo en la tierra, volvía a ser su niña.

 Y esas cosas no regresan.

   

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