sábado, 7 de julio de 2012

No elegí al pendejete de Peña Nieto

A lado de los otros el vértigo me invade.
Vivir con muchos de los que venderían a su madre a precio muy barato
me hace temer los días de los próximos años. No sólo seis, porque los culeros se multiplican
frente al llamado a la impunidad, a la corrupción. No es gratis que el crimen organizado convoque a tantos.

Pero también están otros, ójala sean los más (es un sueño lindo), los que gritamos que no queremos esto, que estamos hartos de nuestros muertos, de las violaciones cotidianas, de la desesperanza y el miedo. Estamos los que no olvidamos Atenco y no queremos que México sea una Ciudad Juárez extendida. Los que recordamos que Salinas es el principal enemigo de la lucha de los zapatistas y los neozapatistas.

Hoy es un día lindo para gritar la rabia, para danzar la vida.


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