lunes, 30 de julio de 2012

Sancharram


Mi creencia es que algunas veces se puede discernir perfectamente
si una obra nace de una mujer. A veces solo ellas pueden parir ciertas
cosas. Ligy Pullappally en su película "Sancharram" lo hace. (Poner atención histéricas)

La escena que no olvidaré es la ceremonia en la iglesia,
fue bello que toda la gente desapareciera.
Es como una promesa que el cielo existe: borrar a ese Otro, aunque sea por dos segundos,
a condición de que lo hagamos en el momento preciso.

La frase que dice la abuela: "la maledicencia al final no importa, algún día lo comprenderás"
encierra la lógica de la película. Pero mira que sí importa abuelita.
O será que somos tan pendejos que construimos con palabras hirientes el mundo de papel de nuestra vida.

Siempre me imagino que dirá de mí la abuela que espero ser.
Ojalá que no diga que soy taruga, ojalá esa vieja tenga una sonrisa en los labios y palabras que no alejen
y que no desvaríen, es decir, no más que las que digo ahora.

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