miércoles, 4 de mayo de 2011

Dos. ReNo

Pese a todo hoy no hay lágrimas, las hubo ayer abundantes, flotando en los vagones del metro, mientras Beto que en contra de la huelga pero al fin mi amigo, repartía volantes y me ayudaba a llorar.
Al pasar por las puertas del reclusorio, las piernas me temblaron. Una señora me decía una y otra vez, "tu segura, fuerte".
Adentro eres una nadie más entre aquellas que acuden a mirar, a hablar, quizá a tocar a otra persona. Mientras pensaba que llegamos al punto de ser uno una más, recordé como nos transformamos, al ver a aquella persona.
En la fila hay gritos, empujones, enojos...así es hasta llegar a revisión, luego los sellos en la mano izquierda y te liberan.
Alguien recibe el papel con los nombres y un segundo después eres humana, vuelves a adquirir tu naturaleza.
Observas los movimientos de esa persona, tocarla se vuelve un milagro.
No puedo dejar de pensar que con una o tres horas de diferencia todo hubiera sido distinto, serías otro, pero entonces serías el mismo. Es lo que es.
Pero estás vivo, quizá más que nunca diría yo. ¿Cómo vestirte de mi?
Pienso en estos momentos y trato de vivir el futuro, ese futuro en el que esto será un recuerdo, el presente se me dibuja a cada segundo. También yo estoy viva y claro, más que nunca.
La niña no lo es tanto y te pide que permanezcas fuerte.
Para mí te pido luz.
Quiero sentirme mujer para amar estos momentos.

1 comentario:

  1. Tengo la firme convicción que escribir alivia el alma y aligera la carga.

    ResponderEliminar