jueves, 4 de octubre de 2012

Los desajustes

Tú también desajustas mis sueños, desde el insomnio que me mandó al analista, hasta la cama enorme que no quiere dejarme ir en las mañanas.

Tú también eres la piedra en el zapato, el espinozo ser que no comprendo y que sin embargo, amo.

No te soñé, mis sueños no conocían la demanda innagotable de la cercanía, la medida irracional de lo que se espera del otro.

Tú también me estás costando mucho y me sales caro, bastante caro, porque las transformaciones no bastan. Quieres más, siempre quieres más.

Que no se haga costumbre decir que te odio, pero te odio. Y te amo y solo pasa que esto te lo repito más, porque de niña nunca te dicen "odiarás todo aquello que ames". Pero es así. Que invadas con dulzura mis sueños, es poco decir. Pero ya sabes, también me has hecho daño y qué mayor daño que quitarme el sueño...

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